Estado de ira o el gran arte de Ciro Zorzoli

Por muchas razones, Estado de ira de Ciro Zorzoli ya figura, al menos en la memoria de los happy few, como una gran obra de arte.

El texto, de autoría del propio Zorzoli, se inscribe dentro del tópico del “teatro dentro del teatro” pero no como técnica específica sino a manera principio constructivo. Se podría pensar en los antecedentes del Barroco, en el recurso meta-reflexivo de Luigi Pirandello, en las audacias de Jean Genet, en la experimentación de Peter Weiss en su Marat-Sade y, sobre todo, en Noises Off (1982) de Michael Frayn (llevada al cine por Peter Bogdanovich en 1992), pero lo cierto es que Estado de ira es una exploración originalísima de la representación teatral en clave de “comedia frenética”.

El argumento exterior es el siguiente: un grupo de ex actores y empleados municipales ayudan a una actriz consagrada a ensayar, contra reloj, la obra Hedda Gabler de Henrik Ibsen. El drama ibseniano, cargado de profundidad psicoanalítica avant la lettre, es interrumpido por la desopilante cotidianidad “municipal”. El contraste entre el mundo pesimista de Ibsen y las histerias actorales configuran un contrapunto virtuoso. Es notable la construcción del ritmo de la obra: la acumulación de energía en el escenario libera constantes descargas de risa en el espectador. Hay mucha sabiduría teatral en la administración de la comicidad. Abundan las buenas ideas escénicas y los eficaces gags.

Los procesos teatrales son desmontados, a manera de ejercicio al servicio del efecto cómico. La estructura compleja y bella del texto se despliega con soltura en una puesta ágil en que los objetos y personajes circulan de manera sorpresiva. Las ocurrencias repentinas siempre están dosificadas por pausas reflexivas. Otra sabia combinación se puede advertir en las intenciones experimentales de la obra y su forma clásica. Nos atrevemos a decir que el juego barroco (y nunca posmoderno, afortunadamente) siempre discurre en los moldes de la representación “moderna”. La geometría psicológica y dramática de Ibsen es reconstruida dentro de una suerte de incipiente “comedia frenética”.

El buen ritmo de la obra se debe tanto a la ruptura cómica-paródica con el discurso ibseniano (o mejor, con la representación teatral en general) como a un efecto de realismo que enriquece la trama y aumenta las posibilidades humorísticas. La acumulación de nerviosismo de la actriz y sus estallidos de indignación generan múltiples estímulos en el público. El espectador recibe una inusual carga de ingenio y gracia. Como se advierte en el espléndido final, el juego barroco del teatro dentro del teatro, en manos del arte de Zorzoli, se convierte en pura diversión y lúcido dramatismo.

Martín Cremonte

Ficha Tecnica:
Estado de ira, escrita y dirigida por Ciro Zorzoli.
La obra incluye escenas de Hedda Gabler de Henrik Ibsen.
El elenco está integrado por Paola Barrientos, Diego Velázquez, María Inés Sancerni, Carlos Defeo, Diego Rosental, Vanesa Maja, Gabriel Urbani, Dalila Romero, Cecilia Meijide, Marina Fantini y Pablo Castronovo.
La asistencia artística es de Gabriel Baigorria
Entrenamiento corporal de Eugenia Estévez
Iluminación de Eli Sirlin
Escenografía y vestuario de Oria Puppo
TEATRO SARMIENTO.
Av. Sarmiento 2715